29.6.12

Confesiones casquivanas (parte 2)


Tengo una obsesión con acostarme con premios literarios (que suelen ser tan malos como egocéntricos en la cama). Ya coseché un Alfaguara, un Clarín, un Planeta (son los más histéricos) y dos del Fondo Nacional de las Artes.

¡Soy hetero!

Hace unos pocos años me hice pis encima antes de llegar al baño, justo en la puerta.

En la clase de gimnasia me esforzaba mucho para estar en la fila de las vueltas carnero detrás de Claudia Dorado y sutilmente le olía la campera de gimnasia azul con las tiras blancas, me hacía acordar a la casa de mi abuela, ahora pienso que quizás usaban el mismo jabón en polvo.

Cuando era chica escupía a los pelados desde la terraza de mi casa.

Adoro ponerme tacos, vestido, peluca (soy varón) y jugar a que soy Isabelita, poniendo los viejos discursos que Perón mandaba en cassettes cuando estaba en España.

Me saco los mocos. Mucho.

Hace pocos años, estaba mal de guita y el que pide en el subte no tuvo mejor idea que darme todo su desgarrador discurso a mí. Fue terrible: sida, sin trabajo, con hijos, sin plata, etc. Y yo, a pesar de que sabía que no podía darle plata, le sostuve mi mirada todo el tiempo. Llegó el momento de la bolsa para la ofrenda. Elegí uno de los pocos billetes de dos pesos de mi billetera, se lo mostré ni bien entró en la bolsa y lo retiré escondido en el puño de mi mano. Cuando bajé del subte, el mismo billete volvió a mi billetera. 

Cada vez que veo “E.T.”, no puedo evitar llorar como un nene con el final.


* Ilustración de Romina Lardiés

Alejandría de julio


28.6.12

Concurso de novela de Dakota Editora


Confesiones casquivanas (parte 1)


Porque somos chusmas, porque sabemos que ustedes también lo son, por eso nos confesamos. Pero para no quedar en offside, le pedimos a todos los colaboradores de Casquivana que nos mandaran su confesión (pueden ir fantaseando mientras miran el staff). Todo anónimo, claro, para no quemarse en público (y para que se animaran, obvio). Es tan anónimo el asunto que ni nosotros sabemos quién dijo qué. ¿Cómo hicimos? Habilitamos una cuenta de correo para que, desde ahí, nos enviaran sus confesiones, pidiéndoles que las borraran inmediatamente después de la carpeta de enviados y la papelera.
En la presentación de ayer en Fedro hablamos un poco de las confesiones como bienes de consumo, y le propusimos a la gente que también escribiera la suya en un papelito, anónimo, y lo metiera en una urna confesionaria. En estos días vamos a estar subiendo algunas de esas respuestas, junto con otras que aparecen en la revista.
Lo que sigue a continuación son confesiones casquivanas, lo más bajo de nosotros, lo que no nos animaríamos a contar en voz alta pero así, en un cuarto oscuro, se convierte en una adicción. Algunas sorprendentes, otras dignas de condena, otras divertidas. Que cada cual se haga cargo de la suya.

Debuté con una señora de 63 años.

Una noche, de chica, estaba jugando con un amiguito al juego de los olores, tendría cuatro o cinco años y él se había quedado a dormir en casa. Nos olíamos, nos tocábamos, nos descubríamos, supongo. Un día, muchos años después, yo tendría dieciséis o diecisiete años y la adolescencia me había pegado bastante más estúpidamente, y mi madre –a cuenta de qué ya no me acuerdo–me dice: "Vos no te podés acordar... pero una vez, te encontré oliéndole el pito a Santiago". Y ahí la vergüenza me tragó por completo, porque no sólo que sí me acordaba sino que me acordaba con simpatía...

Me acabo de afanar una revista.

Soy un cagón. Me hago el superado, el improvisador y el loco pero bien en el fondo soy un cagón con miedo a las cosas nuevas y a los cambios bruscos.

A mi gato le gusta comerse los forros usados. Después los caga. Ya lo hizo dos veces. La primera vez que lo hizo me asusté mucho y le di de tomar aceite de oliva y yogur. La segunda vez lo cagó solo. 

* Imagen de Romina Lardiés

27.6.12

Presentación de Casquivana 4


¿Se hace hoy la presentación de Casquivana 4? Sí, sí, claro que se hace!!! No adherimos al paro y nos encontramos en Fedro (Carlos Calvo 578) a las 20.
¿Qué va a pasar? Enzo Maqueira, Federico Simonetti, María Ferreyra, Javier Sendra y Ariel Nesterczuk van a leer textos híper breves de Eddie Babenco, Manuel Crespo, Gabriela Rivas, Juan Ignacio Caino y Paula Casal.
Además, vas a escuchar confesiones insólitas de los que hacemos Casquivana, y vos vas a poder hacer la tuya de manera completamente anónima.
Con cada revista que compres, te llevás gratis un libro de Viajera Editorial.
Tomás gratis unos buenos vinos, picás unas papas fritas, le sacás el cuero a la gente que no fue, y te volvés a tu casa tranqui, tipo nueve, nueve y media, en auto, colectivo, bici o ala delta.



25.6.12

Se hace igual



Miércoles 27, a partir de las 20:00, lanzamiento de Casquivana 4 en Fedro, Carlos Calvo 578. No se suspende por paros, ni por marchas, ni por lluvia.
Andá como quieras. Casquivana te espera.

22.6.12

Los consejos de don Manuel

El tipo es un hallazgo. En el último número de Casquivana publicó una columna genial, que va a estar leyendo Federico Simonetti (otro grosso) el miércoles que viene, en vivo, en Fedro. Además despunta el vicio como miembro del comité de lectura de la Convocatoria Itaú de Cuento Digital que organiza el Grupo Alejandría. Pasean, lean y conozcan las recomendaciones de Manuel Crespo en http://www.premioitau.com.ar/blog

21.6.12

Fe de erratas


A veces pifiamos, che. Queremos hacer pública una fe de erratas: Luis Eduardo Castiblanco, responsable de esa excelente ilustración que aparece en la página 31 de Casquivana 4, no se llama Melisa, como anotamos por ahí. Nuestras lógicas disculpas y el agradecimiento a Luis por la buena onda, por no enojarse y por querer seguir participando en la revista.
Y por supuesto, la invitación para que paseen por su blog, lleno de cosas lindas: http://pegatinacriolla.blogspot.com.ar/


Alejandría en Eterna Cadencia