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20.5.13

Rimbaud en Java, de Jamie James



Rimbaud en Java, de Jamie James
La Bestia Equilátera, Buenos Aires, 2013

Probablemente su literatura, su excentricidad y la juventud de sus primeros textos hayan hecho de Rimbaud uno de los autores predilectos de la comunidad literaria y académica a la hora de escribir ensayos, tesis y biografías. Pero muy pocos abordan la que seguramente sea su etapa más desconocida: el viaje que hizo a Java, en la que no permaneció mucho tiempo y donde dejó pocas huellas, convirtiéndose en un misterio sin resolver. Jamie James (que, como Rimbaud, abandonó una vida literaria establecida para dedicarse a cualquier otra cosa, en Bali), vio en ello un desafío, y se dedicó a investigar y reflexionar, para luego darle forma a este libro, en el que los recienvenidos encontrarán a un Rimbaud genial, y del que los lectores asiduos se llevarán nuevos temas de conversación y discusión.

15.4.13

Nuevo museo del chisme, de Edgardo Cozarinsky



Nuevo museo del chisme, de Edgardo Cozarinsky
La Bestia Equilátera, Buenos Aires, 2013

Como un artesano del chimento cultural, y literario en particular, Cozarinsky presenta una antología cercana a los cien pequeños y grandes chismes de la historia. Entre ellos, se destaca el primero, en el que cuenta las aventuras sexuales de André Gide con chicos en el norte de África, a los que despedía comentándoles que era un escritor muy famoso, y les recomendaba que recordaran su nombre para contarles a otros que habían estado con él, con Franҫois Mauriac. El libro incluye una primera parte en la que el autor hace un ensayo casi académico acerca del chisme, sus significados, su historización y valoración. Ideal para chismosos literarios.

21.3.13

Cuna de gato, de Kurt Vonnegut



Cuna de gato, de Kurt Vonnegut
La Bestia Equilátera, Buenos Aires, 2012

Cuna de gato es, sencillamente, una genialidad. Una novela que no solamente cuenta con una historia sólida, interesante y muy rítmica, acompañada de personajes tentadores, una escritura impecable y un estilo absolutamente particular. Cuna de gato tiene algo más: propone una religión, una ideología, que es tan absurda como practicable, y que tiene la característica de producir en el lector un efecto casi místico; es decir, de un misticismo ridículo y fascinante. Vonnegut construyó un relato cíclico, especular, donde el autor, el narrador, los personajes y el lector se entremezclan en un juego inusual. Uno de esos libros que marcan un antes y un después.

4.9.12

No mires abajo, de William Sansom



No mires abajo, de William Sansom
La Bestia Equilátera, Buenos Aires, 2012

Milan Kundera decía que el vértigo no es el temor a la caída, sino el temor al deseo de caer. Algo de eso hay en estos once relatos, en los que el vértigo aparece como una variable constante. Sansom, bombero voluntario en la vapuleada Londres de la Segunda Guerra Mundial, se vale de su experiencia para narrar detalles mínimos que abordan pequeños resquicios de la condición humana. Escaleras interminables, incendios aburridos que terminan por desmoronar paredes y sepultar personas, ventanas excesivamente tentadoras, paranoia por las arañas y mujeres sensuales que se entregan demasiado pronto, son solamente algunos de los temas que aparecen en este libro, y que hacen del lector un espectador empático e impotente frente a tanta miseria humana acumulada.

2.8.11

Los enamorados, de Alfred Hayes


Los enamorados, de Alfred Hayes
La Bestia Equilátera, Buenos Aires, 2010

Un hombre le cuenta a una chica una historia de amor, en un bar.  Es de tarde, están frente a dos cócteles y  para cuando los terminen el relato habrá llegado a su fin.  El hombre dice que no está desilusionado, sólo siente lo contrario a estar ilusionado. La chica escucha.
Así, Los enamorados, de Alfred Hayes recorre el comienzo y el ocaso de un amor en la voz de alguien que teme que el mundo se haya vaciado de pasiones, y que frente a ese temor encuentra un solo refugio: la palabra. 
Es el acto de narrar lo que le permite al protagonista explorar las misteriosas sensaciones por las que atraviesan los enamorados. Cómo se transforman los tiempos, los cuerpos, las noches, los silencios, para los enamorados. Cómo se ven en los espejos, cómo miran por las ventanas, cómo ansían el sonido de un teléfono, cómo se impacientan y cómo descansan. Cómo los poseen sus pensamientos y emergen sus locuras. Cómo esgrimen sus razones y dan sus explicaciones. Y cómo cuentan sus historias, cuando no están juntos, frente a un coctel y una mirada ajena.

8.4.11

Desalmadas

Desalmadas, de María Martoccia
La Bestia Equilátera, Buenos Aires, 2010

En un lugar donde alguien puede decir que “Por el viento se saben un montón de cosas” y agregar “Mi madre olía las apariciones a kilómetros. Nació un desgraciado, decía, o vino al mundo otra mujer tacaña”. Y donde los aparecidos no causan sensación, allí, transcurre Desalmadas, con el humor del habla, de aquel que sabe escucharla, Martoccia le pone voz a la sierra. E imagina una madre que pretende despojar a su hija del diagnóstico que la sentencia; además de tres viejas que, unas a sabiendas y otra no, buscan una herencia que las rescate; junto a una curandera, un ladrón, una asesina y un comisario. Todos, sobre un escenario donde “el tomillo, más aguantador que la menta, florece debajo de las rocas y crea refugios para los cuises y los sapos.” 

26.3.11

El caballero que cayó al mar

El caballero que cayó al mar, de Herbert Clyde Lewis
La Bestia Equilátera, Buenos Aires, 2010

Herbert Clyde Lewis fue un periodista newyorkino que nació en 1909 y murió en 1950. Trabajó como guionista en Hollywood para la MGM y Fox, y tras un viaje por Europa y China escribió ésta, su primera novela, en 1937, que hasta esta traducción no había sido conocida en castellano. La historia se inscribe en la tradición inaugurada por escritores como Kipling, Conrad o Defoe, y que luego fue continuada por otros como Hemingway, García Márquez, o, más cerca en el tiempo, los productores de la serie “Lost”. Mezclando relatos de viaje con ficción y filosofía, Lewis le da forma a una novela breve que comienza con su protagonista, el respetable Henry Preston Standish, cayendo de cabeza al océano Pacífico, mientras el barco en el que viajaba se aleja cada vez más.