No mires abajo, de William Sansom
La Bestia Equilátera,
Buenos Aires, 2012
Milan Kundera decía que el vértigo no es el temor a la
caída, sino el temor al deseo de caer. Algo de eso hay en estos once relatos,
en los que el vértigo aparece como una variable constante. Sansom, bombero
voluntario en la vapuleada Londres de la Segunda Guerra Mundial, se vale de su
experiencia para narrar detalles mínimos que abordan pequeños resquicios de la
condición humana. Escaleras interminables, incendios aburridos que terminan por
desmoronar paredes y sepultar personas, ventanas excesivamente tentadoras,
paranoia por las arañas y mujeres sensuales que se entregan demasiado pronto,
son solamente algunos de los temas que aparecen en este libro, y que hacen del
lector un espectador empático e impotente frente a tanta miseria humana
acumulada.
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