Texto: Loreley El
Jaber / Imagen: Martín León Barreto
Un hombre anda en bicicleta
por un camino verde
verdísimo
Se lo ve tranquilo
despejado
pero en verdad
si se lo mira bien
hay una marca gruesa que le atraviesa la cara
que le alcanza los ojos y
le dibuja una extraña mueca en la boca
Mientras recorre el camino de tierra
la cabeza de su padre
agujereada de
balazos
lo acompaña
El hombre silba
intentando ahuyentar espíritus en vuelo
pero el padre
o mejor, el cadáver
del padre, resiste
El hombre siente el sol calando en su desnuda espalda
ya curtida
y mientras pedalea cada vez más fuerte
y canta
ahora
a grito limpio
la imagen de su padre agujereado lo sigue
todo el camino
y al llegar
y a la noche
y esa cabeza persistente que parece horrorosa
susurra caricias conocidas
incluso en la mañana.
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