Una belleza vulgar, de Damián Tabarovsky
Mardulce, Buenos
Aires, 2012
Una historia de lo mínimo, de lo minúsculo, o de cómo el
mundo entero transcurre mientras una hoja cae de un árbol lenta, muy
lentamente. La narración de Tabarovsky (Buenos Aires, 1967, autor de Literatura de izquierda, Kafka de vacaciones y esa genial rareza
que es Autobiografía médica) no es
apta para cualquiera, sino que performa lectores, como lo hacen Aira, Fogwill o
Libertella. Especialista en detalles, en la investigación exhaustiva y obsesiva
de todo eso que acontece mientras el ritmo frenético devora la cotidiano, el
autor se detiene con una calma (no) zen para mostrar una perspectiva en
paralaje única, que muestra realidades desapercibidas para otras hojas voyeurs,
que seguramente también caen, pero no observan lo que solamente ella muestra en
cada centímetro recorrido.
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