Jezabel, de Irène Némirovsky
Salamandra, Buenos
Aires, 2013
Como un Dorian Gray en mujer, y sin espejo que detenga el
envejecimiento, el personaje de esta novela atraviesa una vida de goce y
angustia, que permite reflexionar sobre algunos aspectos de la condición
humana. Una mujer hermosa, pero ligada inexorablemente al paso del tiempo, a la
vejez, a la muerte (la suya, la de otros). Némirovsky construye una historia
fascinante y terrible que se sitúa durante el comienzo del siglo XX y muestra cómo
Primera Guerra Mundial constituyó una bisagra social. A la vez, las escenas,
las preocupaciones, los modos de pensar y hacer, se vuelven un reflejo más que
moderno que perfectamente podría servir para adaptar las circunstancias al
presente más descarnado.
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