Victoria
Béguet Day
No tolero las luces fuertes. Tengo, hace años ya, algo que
se llama fotofobia. A veces toda luz, sea natural o artificial, resulta
abrasiva, hostil. Y hay una especie de foco de luzque pende sobre los trece
relatos que integran la Antología Itaúde Cuento Digital 2012, organizada junto con
el Grupo Alejandría. Es inevitable que exista ese foco. Pero apaguémoslo un
momento. Estos relatos, algunos sorprendentes, seductores,se gestaron a oscuras.
Leámoslos como fueron imaginados, refugiémonos en la sombra incómoda que
arrojan. Después de todo, su oscuridad es también la nuestra. Sin luz, el oído
se aguza. ¨Para escucharte mejor¨. Nos reconocemos en estos relatos: famélicos,
abandonados, insomnes, sin saber con certeza si somos presa o cazador. La
vulnerabilidad, en todo caso, es la misma.
Los viajes generan intimidades improbables y, para el que
sabe escuchar, pueden resultar reveladores. Quizás confesarse con extraños sea
parte del protocolo de los viajes. En La
Hija, de Cecilia Ferreiroa, una desconocida relata a su igualmente
desconocida compañera de viaje la relación conflictiva que mantiene con su hija
adolescente: una ¨chica buena con un carácter terrible¨, que dice detestarla. Pero
lo trivial, lo familiar, encubre, sin excepción, verdades insospechadas.Como si
se tratara de una epifanía, la mujercomenta, confiesa que,a veces, ella también
odia a su hija. Las viajeras se despiden cordialmente. Sus trayectos no volverán
a intersectarse.
Algo aquieta al protagonista del relato de Fernando Linetzky
(ganador del primer premio). En Un Mar
Quieto, un hombre ha sido desechado en su rol de padre y marido. Debe, se
dice reiteradamente, sacar tres bolsas de basura. Fracasa. Lo hediondo, lo
descartado, lo podrido, hace su aparición con violencia. Un accidente tan
anhelado como fortuito (la rajadura de las bolsas) se convierte en la instancia perfecta para una
purga febril, irreprimible, liberadora.
Quizás sea eso la locura. Estar rodeado de pájaros que cantan
a destiempo, sus ¨ademanes nerviosos¨
multiplicados hasta el absurdo. ¿Tememos enloquecer cuando nuestro cuerpo se
insubordina y quedamos, súbitamente, ¨a la deriva¨? En Un nido recién pintado, de Luciana Czudnowski , un hombre, que
espera un diagnóstico, decide hacer tiempo en una pajarería. Si la muerte o la
posibilidad de morirnos es el momento en que enfrentamos la soledad más absoluta, más despojada, si se
quiere, este relato describe ese miedo con sutileza, sin dramatismo
innecesario.
El lugar del ¨otro¨ es un lugar de extrema vulnerabilidad,
que debe evitarse a toda costa, como si se tratara de una zona radioactiva.En El Casco de Luis Mey el protagonista se sabe ¨oveja negra¨, se sabe trasgresor, sin haber hecho nada,
salvo ocupar involuntariamente ese lugar. El protagonista, un chico de diez
años, toma una decisión singular. No huye de su condición de bicho raro. La
adopta, la exacerba y, en una sucesión de gestos desafiantes, absurdos o
cómicos, la oveja negra se impone, se planta solitaria, frente al rebaño y
logra, fabulosamente, intimidar y desarmarlo. El relato vuelve permeable o
frágil la frontera entre el otro y uno
mismo. Hay una frase en los Diarios de Cheever, un deseo acaso susurrado con inconfundible
candidez: ¨Me gustaría evitar la falsa compasión.¨ Despertar ¨falsa compasión¨ podría dar lugar
a una ¨falsa nobleza¨. El Casco resulta inmune a ambas. Por suerte para el
lector, lo desarma.Y lo hace con inteligencia.
¿Será encantador el infierno? ¿Hay sacrificios ineludibles,
necesarios? El Pozo, de Fernando Martín Chulak, tiene el clima enrarecido de un
ritual. Observamos con deleite cómo una
presa se acorrala a sí misma y se confirma, como si se tratara de una
premonición, el comentario inicial de uno de los protagonistas: si se le ata un cordón rojo en la pata a una
paloma, el resto de la bandada la mata a picotazos. Hay un descenso hacia
un lugar tremendo pero extrañamente familiar. (Una intención que también está
presente en Los Galgos, de Agustín
Maya). El relato me recordó dos cosas:a¨De ratones y hombres¨ y (por algún
motivo) la escena de Casino de Scorsese
en la que el personaje de JoePesci es asesinado. (Me gusta cuando eso sucede).
En Arde, un
adolescente, deambula por la casa familiar que se encuentra vacía. Su
itinerario no tiene nada de llamativo, salvo, quizás, observar su cuerpo
desnudo, repetidamente, ver porno, repetidamente, hacer dibujos ¨obscenos¨,
repetidamente. Afuera, un cacerolazo que ya no se escucha y un ¨humo insoportable¨
que persiste. A pesar de su ¨tilinguería¨, el personaje no logra ignorarlos:
¨Se encontró dibujando a J, con las piernas abiertas y un dedo en la boca. La
dibujó en un campo, la tapó de humo¨. (Por otro lado, que a su autor,
Berenjenal, le guste Carver, no sorprende).El humo es siempre una imagen que
inquieta, que alarma.Lo que no vemos o no nos detenemos a ver puede tener estas
cualidades.Nombre de Almacenera de
Natalia Zito es el relato de una mercancía: una mujer que se prostituye. Aquello
que la sociedad no está dispuesta a desechar. El relato (que recibió una mención especial) retrata la vida cotidiana de esta joven.
La intención de denuncia que lo atraviesa es, sin ninguna duda, valiosa.
En Sucio de Tomate
el protagonista de María Ferreyra visitasu pueblo natal. Quién suponemos es ¨el
amor de su vida¨ se va a casar con uno de sus amigos: ¨Una felicidad ajena que
corre como una gorda escandalosa hacia vos, de frente derecho a vos, y te besa
en tu boca de muñeco de torta.¨ Escribir acerca del desamor es correr el riesgo
de caer en lo cursi y una mancha de tomate en forma de corazón sobre la camisa
de aquel dueño de ¨un corazón partío¨ podría ser el colmo de lo cursi. Pero el
relato funciona. Quizás porque el tono es idóneo para el relato, o, quizás, porque
se burla de las ¨penas de amor¨ sin hacerlo realmente. Tiene en cuenta, en todo
momento, que, detrás de su fachada cursi,el desamor tiene tanto de cómico como
de auténticamente doloroso. Cuentos de
Terror Playerode Ramiro Gallardo también recurre al humor, aunque de otra
manera, para recordar que convivimos con lo absurdo. (Nunca inocuo, ni
inofensivo, el humor es una estrategia interesante.)
Hay nostalgias inadmisibles y vínculos que,
inexplicablemente, se enfrían o entran en hibernación. Y no sabemos con certeza
si merecen ser reavivados. Hay un clima de futilidad, de patetismo enLa Perla del Alba de Claudio Robin. Un
hijo vuelve de forma azarosa y con reticencia a la casa paterna, de la cual querría
huir. Una casa marcada por una ausencia: la madre fallecida. El padre, un
personaje hosco ycómodo en su dejadez, parece querer expulsar a su hijo de la
casa (descolgó en algún momento los afiches de la habitación de su hijo). El hijo, cuyo nombre nunca sabemos, resiente
profundamente enfrentarse a una decadencia
tal vez irreversible. Resiente también, intuimos, sentirse expulsado por
aquella casa. Un detalle en este relato sutil, sobrio: el padre se dedica con
devoción y con inusitada ternura a la jardinería: ¨Papá le habla (a Laura) del
cuidado de las acacias(…) Le explica también
que el invierno es una época de mucha actividad en el jardín(…) ideal
para plantar flores de ciclo de invierno¨.
Otros lazos se interrumpen de forma abrupta, dejando reflexiones de tipo
ético y un ¨hambre¨ inexplicable que se intenta mitigar buscando respuestas que
nunca se van a obtener. En África de
Marcelo Filzmoser , un padre (que abandona a su familia, sin previo aviso y sin
despedirse) y su hijo de doce años mantienen una charla sentados sobre un
tronco ¨cortado hace poco porque atraía moscas y ratas¨ y que no resulta del
todo cómodo debido a su aspereza. Hablan acerca de qué significa ser una ¨buena
persona¨ y, entre otras cosas, el padre
comenta: ¨Si te da el cuero tenés que ser el mejor tipo del mundo. Pero eso es
algo que no se le puede pedir a nadie.¨
En un lugar donde: ¨El viento es un salmo que levanta polvo
despacito y va esculpiendo las manos y uñas rojas mordidas que rezan¨, Lucio es
el porteño, el extranjero. La protagonistade Una Laucha, de Santiago Craig, que al inicio lo hace pagar ¨derecho
de piso¨, termina por aceptarlo. La
empatía resulta, al final de cuentas, igual de misteriosa que la crueldad. Seamos
muy bienvenidos a la jungla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario