De madrugada (fragmento)
Texto: Daniela Osuna / Imagen:
Daniela Sanín Ángel
Parece
ser la madrugada más fría del año, todavía está oscuro.
Marta
abre los ojos y se queda un rato inmóvil.
Primero
saca una mano y tantea en busca del gorro. Una vez que se lo hubo calzado, se
envuelve en el poncho y se anima a dejar el catre.
Éste
es su momento favorito del día, cuando todos los demás todavía no se han
despertado. Casi de memoria, encuentra las alpargatas, y mientras da unos
saltitos para entrar en calor, atiza el rescoldo de la cocina intentando
rescatar unas brasas para hacer el mate cocido.
No
lo logra esta vez, las brasas ya estaban muriendo; respira profundo y sale al
patio a buscar un poco de leña.
No
puede evitar sonreír cuando ve los cachorritos durmiendo apilados sobre la
perra, se aguanta las ganas de acariciarlos, sabe que si se despiertan, van a
empezar a ladrar y aun no ha preparado nada.
Da
un rodeo por el patio mirando cuidadosamente dónde pisa, pasa por el costado
del corral para ir al baño, aprovecha a llenar un balde con agua y lo deja a un
costado para llevarlo de vuelta a la casa.
Cuando
está a punto de juntar unas ramas secas, se da cuenta de que todavía no ha
mirado el cielo.
Se
ha prometido mirarlo todas las mañanas, es su secreto. El secreto mejor guardado
en sus 13 años.
Levanta
la vista y todo a su alrededor pierde dimensión, se desdibuja, la hace sentirse
parte del universo. Así de fuerte es su necesidad de que haya algo distinto,
más allá de la realidad de las montañas.
Se
sobresalta con el llanto de uno de los cachorros, baja la cabeza y se acerca a
ver qué pasa. Dante con cara de sueño juega con el perro. Casi a punto de
retarlo, lo piensa mejor y se acerca a su hermano.
-¿Qué
hacés tan desabrigado?- le dice- . Mirá que sos bravo, ¿eh? tan temprano y ya
en patas, después querés que te ande defendiendo del papi.
Dante
la mira y se encoge de hombros, pero no con fastidio, nunca con fastidio para
con su hermana mayor. Ella le sonríe y le revuelve el pelo con cariño, Dante no
habla mucho y siempre anda con un gesto de rebeldía en la boca. Tal vez por eso
y por la facilidad que tiene de meterse en líos, es su preferido.
Para leer el final, encontrá el cuento en http://www.casquivana.com.ar/
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