19.9.12

"Peor me pasó a mí", de Conrado Geiger



Pero lo que me pasó a mí
Conrado Geiger

Fue en 1995. Yo estaba haciendo “Rock de Acá”. Era común encontrarme a la salida de la radio con escuchas que me esperaban para nada. Me irritaban, pero me dejaba seducir por los encantos de la fama. Un día se me acercó una señora, a la que llamaremos Mary, madre de unas chicas habitués, para invitarme a un evento que se hacía por el 25 de mayo en la escuela de las nenas. Me contó que habían acordado invitar a varios “notables y famosos”. Ser considerado en tan importante cenáculo, me hizo aceptar la invitación sin dudarlo. Así, ese 25 de mayo aparecí en la puerta de la escuela. Entre la multitud de gente, se me apareció Mary adulando mi presencia. Me presentó a otro tipo, medio bajito, de aspecto anodino y mirada huidiza. Como yo estaba atento al movimiento de la muchedumbre, tratando de determinar dónde estaba el podio o escenario al que nos harían subir, no registré su nombre, sólo entendí que era otro “notable” como yo, que hacía un programa de cable. Mary nos llevó con la directora, que estaba conversando con otra gente. Por lo errático de la presentación y lo desdeñoso de la mirada de la autoridad comprendí que mi anfitriona se había cortado sola. Que era una cholula desquiciada que nos había invitado por su cuenta a un evento escolar donde nadie nos esperaba. Cruzamos miradas solidarias con el otro sujeto, hermanados por el absurdo. Un alma gemela: habíamos caído los dos en la misma trampa. Silenciosos nos alejamos de la ronda y salimos de la escuela. Él balbuceó algo y me presentó a su esposa, ofreciéndome acercarme en auto, ya que también iban hacia el norte. Viajamos intentando un infructuoso diálogo. Al bajar me dio su tarjeta. Leí su nombre, que no recuerdo, y el de su programa: “El Ángel de la Medianoche”.
Nunca nos volvimos a ver.

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