Cuando me di cuenta ya era
tarde
Natalia Kiako
No
me digas más Chiquita, por favor. Disculpame pero lo tenía que decir. Ya sé que
es de cariño, pero la verdad nunca me gustó.
Estoy
cansada de ser la pavota de turno. Me decís Chiquita y me siento un frasquito
en la alacena, juntando polvo ahí apretadito. Y yo encantada con las alacenas,
los frasquitos y todo. Pero ya te digo, me cansé, ¿viste? Toda una vida en la
misma casa, y es lindo, la familia. No sé, de golpe es como si viera la foto de
afuera, la cocina, el mantel celeste, la mesa (a la que le falta un regatón en
una pata y nunca lo arreglaste), la pava siempre para el mate, todo lo mismo
pero me impresiona diferente. Un poco parece una burla, un chasco, como la
azucarera llena de sal o una gota de tuco en medio del vestido recién lavado.
No
me querrás tomar para la chacota pero Chiquita me lo pusiste vos, me acuerdo
como si fuera hoy, eran los quince de la nena, se largó a llover a cántaros y
yo dije que nos arreglábamos adentro, si total en casa yo acomodo bien y
entramos. Y vos con tus comentarios sarcásticos, un poco de mal gusto la
verdad, para qué los voy a repetir pero todo eso del tamaño y entre todos lo
hacemos caber. Que en realidad la mitad no los entendí y las miraditas de la
nena tampoco pero lo dejé pasar.
No
te rías que te juro que me saco. Me acuerdo como si fuera hoy, la casa llena de
gente y la fiesta un éxito, a todos les gustaban los sanguchitos y se sentía el
calor de hogar, no había un rincón libre y hasta en la escalera charlaban los
chicos pero lindo, compartiendo, aunque no sé por qué yo tenía un mal
presentimiento. Como para ahuyentarlo fui a buscar la torta cubierta de fondant
blanco y perlas de fantasía porque ya era la hora, y de golpe la nena que no
aparece. Cuando me di cuenta ya era tarde. No te rías, te digo. Que fui yo la
que abrí el vestidor y me encontré cara a cara con la nena y Franquito, más que
cara a cara debería decir otra cosa, las sábanas blancas dobladas y almidonadas
todas hechas un bollo y yo helada, con la torta en la mano. Sí, ya sé que me
puse a llorar y de lo demás también me acuerdo, me acuerdo perfecto de la nena
en pelotas, Franquito tropezando con la torta y conmigo y la mar en coche. Pero
ahora no lloro. No más no me digas Chiquita, que me dan ganas de romper todo,
tirar los frasquitos a la mierda y el resto también.
Publicado en Casquivana 5: www.casquivana.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario