Confieso que he mirado (fragmento)
Texto: Clara Anich / Imagen: Omar Figueroa
Turcios
Un clic y la intimidad ajena se abre ante
nosotros, el secreto de un otro anónimo da inicio al show: un show donde no
cobran entrada y ninguna voz pide que apaguemos los celulares.
Frente a la
PC, descalzos y con el mate, el botón derecho inaugura una nueva pestaña para
divertirnos un rato: tusecreto.com.ar.
Hace varios
años que surgió la web y, al mejor estilo Facebook, “La dimos a conocer entre amigos y conocidos y apenas unas horas después,
miles de personas ya estaban recomendando el sitio y escribiendo sus secretos”,
dice Santiago y confiesa: “Inventamos
quizá 10 o 20 secretos al lanzar el sitio simplemente para que no esté vacío y
la gente que entrara por primera vez entendiera de qué se trataba. Pero apenas
se hizo público, por el volumen de secretos enviados por la gente, ya no
tuvimos que rellenar ningún espacio”.
Basados en
una página yanqui donde uno enviaba una postal por correo común con un secreto,
que después era escaneada y subida al sitio, Santiago Sarceda y Mariano Sáenz
crearon tusecreto.
Al leer las
confesiones uno encuentra cierto tono light donde prima lo sexual y lo
escatológico. Mariano cuenta que “El
sitio pretende ser un lugar de descarga y sobre todo de humor. Preferimos
tomarlo así y no hacernos cargo del uso que le de la gente, sobre todo porque
no es algo que podamos controlar”. Aunque “Hubo confesiones de delitos o personas con depresiones e incluso
tuvimos inconvenientes legales con una cadena de comidas rápidas por un secreto
que habría publicado un supuesto empleado. Y hasta en algún momento hubo un
caso policial de mucha repercusión mediática sobre una chica desaparecida y
hubo un secreto que tenía ciertos datos que lo hacían parecer verídico. Dimos
aviso a las autoridades y dimos de baja el secreto”.
Si querés terminar de leer el artículo,
lo podés encontrar en http://casquivana.com.ar/casquivana.html
(página 11).
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