“Todo queda en
familia”, de Rajko Grlic
Intérpretes: M.
Manolovic, B. Navojec, D. Lorenzi y K. Marinkovic
Origen: Croacia
Con cierto humor e ironía el film plantea una
trama tejida por dos hermanos, sus mujeres y sus hijos, que muestran algunos
rasgos de la idiosincrasia croata.
Todo comienza con la muerte del padre, artista
plástico, cuando sus hijos van a visitarlo al hospital. El mayor, de buena
posición, está casado pero no puede dejar embarazada a su mujer por un problema
de próstata. El menor es más díscolo, es profesor, acaba de separarse y se mudó
al taller de arte del padre. La relación entre ambos parece natural y en un
punto armónica, porque cada uno conoce su rol dentro de ese sistema familiar.
Ambos gustan de las mujeres propias y ajenas, sin escrúpulos. Comparten
secretos y traiciones y sólo alguien externo a ese entramado familiar podrá
quebrar y acomodar momentáneamente esa
red sostenedora.
La debilidad de cada personaje será lo que los
lleve a traicionar y traicionarse secretamente. Y la pasión sexual, la doble
vida, las relaciones paralelas serán permitidas y aceptadas tácitamente en
nombre del amor y de la felicidad familiar, ese sistema defendido a capa y
espada, más allá de la moral y de la ética.
Cristina Ibáñez
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